¡Maldita rata de dos patas!

Creo que necesito una limpia. En el transcurso de la 1 a las 7 de la mañana de hoy un piojoso que seguramente ha de ser además adicto a múltiples drogas me robó la colita de la antena de mi coche. No lo ví, por supuesto, pero es así como me lo imagino.
Y al igual que en la ocasión en que me robaron el espejo lateral, me da mucho coraje y se siente una impotencia agobiante. Me molesta el hecho de que el piojoso ese pase por la calle, vea un coche que le guste y decida robarle algo y no pase nada. Y no me voy a tragar la justificación basada en la historia del resentido con la sociedad que no le ha permitido tener un trabajo decoroso. Cuántos pandrosos de esos andan en la calle en plena edad productiva y que se dedican a vagar y a vivir de los que sí producimos para este país.
Y no me lo trago porque sé que las oportunidades existen. Soy una muestra de ello. Nací en una familia encabezada por dos profesores de primaria, con abuelos que ninguno de ellos terminó la primaria, y me ha costado MUCHOS años de estudio y trabajo tener una posición que me permita vivir de manera más o menos desahogada. Trabajo casi 10 o 12 horas todos los días y claro que me llena de rabia que un pelado venga a robarme el fruto de ese trabajo. Y con toda honestidad le deseo que le vaya peor de como le ha ido (además de que con la vida que ha de llevar mas que deseo es una predicción). No, no tengo ningún sentimiento de piedad para el mono ese. ¡Que se pudra!.