Pues esta fue una semana similar a la previa en cuanto a carga de trabajo. Mis clases, juntas, visitas y todas esas cosas. Creo que empiezo a ser más eficiente en la operación, y eso es fundamental para que pueda liberar tiempo para hacer otras cosas que me gustan más. Traigo en la cabeza varias ideas que me gustaría hacer en el departamento, pero necesito ver cómo implementarlas. Eso me agrada, pues la verdad me pasa que cuando voy en camino a la oficina voy pensando... con ganas de estar ahí para hacer... tal o cual. Veremos cuánto me dura el gusto, je je.
Por el lado de la salud, a inicios de la semana me empezó a molestar la garganta y por tanto me compré medicina para ello, pero en realidad se trataba de un resfriado que se manifestó en su total descaro apenas ayer en la tarde. Justo antes de irnos a un fin de semana largo. ¡Demonios!
Total que mi plan de salir anoche por unas cervezas se vió frustrado por una nariz llorona y estornudos frecuentes. Me tomé un anti-histamínico y dormí como bebé.
Hoy amaneció lloviendo y aunque no hace mucho frío, pues si se arruina el día... no llueve fuerte, sólo llovizna. Tenía ganas de irme por ahí a tomar fotos. De hecho, hasta la cámara había puesto en mi coche desde ayer. Según entiendo esto se debe al fenómeno del niño.
Nada realmente relevante en estos días.
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