Todo inició el martes 1 de mayo. Volé a Mérida desde Guadalajara con una conexión en el D.F. Cuando el avión se empezó a aproximar a Mérida para aterrizar recordé mis viajes al Sudeste asiático. Se parece mucho la vegetación y lo plano del terreno. Jorge, mi anfitrión ya me esperaba en el Aeropuerto. Esa primera noche no hubo mucho más que hacer que caminar un poco sobre el Paseo de Montejo. Luego me puse a revisar mi presentación del dia posterior pues por algunos cambios de última hora resultó ser que la plática inaugural del congreso sería la mia. También resultó que estaría yo en el presidium junto al presidente municipal de Mérida para la inaguración. Luego del protocolo que esas cosas implican y que cuando uno no está acostumbrado, incomoda un poco, hubo un receso y luego mi plática. Después de la plática, fuimos a Sisal, un pueblo en la costa norte donde hay una unidad multidisciplinaria de la UNAM y visitamos al Dr. Alberto Muñoz Ubando. Comí pan de cazón y luego de terminar regresamos a los laboratorios donde Alberto nos mostró qué están haciendo. Son proyectos de investigación muy interesantes en los que conviven y aportan tanto matemáticos como biólogos, expertos en computación, genetistas y toda una serie de disciplinas. Muy interesante. La noche del miércoles fui a caminar por el centro y me regresé a pie al hotel.
El jueves por la mañana desayuné con Ricardo Swain, luego de lo cual nos dirigimos al Centro de convenciones donde él ofreció su conferencia. Más tarde Jorge nos invitó a ir a Dzibilchaltún, una zona arqueológica muy interesante. Hay ahí una pirámide con una ventana tal que durante el equinoccio de primavera el sol pasa exactamente a través de ella y es un espectáculo al que muchos van a disfrutar. A un lado de las ruinas hay un cenote en que aparentemente muchos locales van a bañarse. Según nos dijeron la parte honda del cenote es muy profunda, al grado de que nadie sabe en realidad la profundidad. Después de un recorrer el sitio nos fuimos a Progreso donde degustamos una rica comida a la orilla del mar. Es delicioso cómo para la gente de la facultad de matemáticas es posible ir a comer a progreso y regresar a la escuela en menos de un par de horas. A las 6 dí la primera sesión del curso de Motion Planning que me habían pedido para la Facultad de Matemáticas de la UADY. Esa noche nos llevaron a los conferencistas a cenar a un restaurant llamado "Los almendros" que la gente de aquí considera como muy bueno. Yo pedí Pollo Ticuleño y tuve oportunidad de probar el Pooc Chuc. Ambos muy sabrosos. Después de la asoleda en Dzibilchaltún estaba muy agotado, asi que regresé a dormir directito después de la cena.
El viernes en la mañana tuve la segunda parte del curso de Motion Planning. De ahí fuimos un rato al congreso en el Centro de Convenciones y luego comí en el hotel y regresé a las 4 de la tarde para dar una conferencia en el Depto. de Matemáticas. Terminando me fui al centro a caminar y cenar.
El sábado por la mañana salimos rumbo a Chichén Itzá. Qué lugar tan maravilloso. Hace 17 años que había estado ahí y la verdad no recordaba mucho. Una de las diferencias es que ahora ya no está permitido subir a las pirámides, pues parece que estaban siendo muy deterioradas por el tránsito tan pesado de turistas. El castillo es simplemente majestuoso. Uno lo puede ver por horas, desde diversos ángulos y no se cansa. Visité también el Templo de los Guerreros y la sala de las mil columnas. Llama también la atención la cantidad de bloques de piedra labrados que se ven en el piso. Seguramente son pedazos de estructuras completamente desechas. Algunas con inscripciones, otras con figuras. Hay un cenote cercano, que a diferencia del que había visto en las cercanías de Dzibilchaltún, tiene otro color en el agua y creo que era fundamentalmente usado con fines de sacrificios, más que para bañarse. Caminar por esos terrenos es también como estar en una inmensa babel. Pude reconocer Ruso, Italiano, Inglés, Francés, Alemán, Español, Koreano, Japonés y también Maya.
De regreso llegamos a Izamal, un pueblo donde se encuentra el Convento de San Antonio de Padua. Una construcción pintada de tonos mostaza. Este convento fue construido encima de una pirámide de los mayas y usando piedras de otras. Fué fundado por Fray Diego de Landa, un miserable que se hizo famoso por quemar cuanto códice Maya se le puso en camino. Siempre que voy a sitios como estos y veo la devastación que ocurrió en aras de imponer una religión me siento más ofendido y molesto. Y no sólo aplica para los católicos. Pero bueno, ese es otro asunto.
Después de regresar de Izamá tomé un rico descanso en mi tina y luego salí a caminar al centro de nuevo. Tomé una Chapola (una malteada mal revuelta), escuché música folklórica y regresé al hotel.
Sé que tengo mil pendientes en la oficina y si me pongo a pensar en varios de ellos simplemente me amargaré las horas que me quedan aquí. Ahora me encuentro escribiendo esto en el Lobby de mi hotel escuchando una y otra vez a Moby y Amaral con "Escapar". ¿Será alguna coincidencia? Estoy viendo mis fotos de Chichén y la combinación de las imágenes con la música es impactante. Me emociona. ¿O será producto de la cerveza que me estoy tomando? Cualquiera que sea la respuesta, esta estancia aquí ha sido muy gratificante. Me siento contento de haber venido...
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