Este fin de semana estuvo relativamente tranquilo. El sábado estuve trabajando un rato por la mañana, mientras lavaba mi ropa. Fui a comer al Mercado del Mar y probé por primera ocasión el Callo de Hacha. ¡Qué rico sabe! Renté una película de miedo cuyo nombre se me escapa en este momento. No tan mala.
Hoy domingo me puse a trabajar en algunos pendientes en la mañana, y luego me dirigí a una comida con algunos de mis compañeros de la carrera. Subiré las fotos cuando tenga un poco de tiempo. Estuvo padre. La casa de campo de Luis Javier tiene un buen espacio libre, una alberca, mini golf y bueno, fue rico el poder compartir unas horas con mis amigos de hace muchos años. Claro que los niños anduvieron también felices y hasta función de magia nos dió Oscar, el hijo mayor de Luis Javier. Entre las anécdotas a recordar es que mientras Leo mojaba a Jaime con una pistola de agua, todo parecía indicar que Patricio, hijo de Jaime se había metido a la parte honda de la alberca y se estaba ahogando, así que Leo ni tardo ni perezoso se lanzó a la alberca para auxiliarlo. Ya no supe si realmente el Pato estaba pasándola mal (creo que sabe nadar) pero todos agradecimos el gesto de Leo, a quien por cierto tuve que prestarle ropa seca. Los asistentes a la reunión: Luis Javier González y su esposa Judith, Angel Andrade y Xóchitl, Leonardo Munguía, Ricardo Martínez, Hugo Hernández y Mary, Ernesto Rodríguez y su esposa, Jaime Haro y Griselda y por supuesto los descendientes de todos ellos.
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