El fin de semana pasado fui a Pátzcuaro. El pretexto: acompañar a Jean-Claude, a Claudine (su esposa) y a Emmanuel (su hijo) a conocer esos rumbos. Salimos más o menos temprano el sábado, llegamos poco antes del medio día a Pátzcuaro, nos registramos en el Hotel, que por cierto está frente a la "Plaza Chica", y fuimos a almorzar. Luego dedicamos prácticamente toda la tarde a caminar por los alrededores. Pátzcuaro tiene, en mi opinión, muy bien ganado el término de "Pueblo Mágico". Uno puede disfrutar cada rincón. Me encanta lo rústico del pueblo, sus tejados, sus portales, la cantidad de artesanias que hay y por supuesto, la combinación de todo esto hace una atmósfera única. El único punto en contra es que hay una cantidad impresionante de autobuses (supongo turísticos) que llevan hordas de turistas -si, como yo. Tampoco me gustó la contaminación auditiva. esos camiones hacen mucho ruido y todo el mundo pita mucho... pero por lo demás muy padre.
El domingo salimos primero rumbo a Erongarícuaro, donde visitamos un templo Franciscano. A un lado del mismo hay una casa donde los jóvenes que creen poder estar interesados en ingresar a un seminario van a tomar una especie de propedéutico.La casa es maravillosa, está rodeada de huertas y es en definitiva un buen lugar para meditar qué hará alguien con su vida.
De ahí regresamos, para detenernos en Jarácuaro, desde donde se tiene el punto más cercano en tierra hacia Janitzio. Es un pueblo pobre pero alegre. Quizá había alguna celebración, pues nos encontramos dos bandas caminando por el pueblo y tocando música. Algo simpático es que en ambos casos al frente de la misma iban unos chamacos sosteniendo sendos cartones de cerveza... el aprovisionamiento para combatir "la calor", supongo.
De ese pueblito nos fuimos a Tócuaro, donde se supone hacen máscaras. Sólo encontramos un taller y Jean-Claude compró un par de ellas.
Regresamos a Pátzcuaro y ahora bordeamos el lago por el otro lado, dirigiéndonos a Quiroga. Paramos primero en Tzintzunzan. En este lugar hay unas yácatas, que son edificaciones del imperio tarasco. Impresionante la vista que se tiene desde ahí hacia el Lago. Una visita obligada, diría yo. Hay también un convento Franciscano que es muy bonito y que vale la pena visitar.
Fuimos hasta Quiroga, pero la ciudad era un hervidero de gente y coches y a ninguno se nos antojó ni siquiera bajarnos del coche, asi que simplemente regresamos a Tzintzuntzan a comer.
Luego de ello regresé a Guadalajara....
2 comentarios:
Hola Gil,
Esos lugares son de mis favos, mi abuela paterna tenía una casa en Patzuaro hace muchos años. Mi papá nació ahí.
Excelente idea regresar a Tzintzuntzan, te dijeron que Vasco de Quiroga plantó los olivos del atrio?
¿Y tomaste foto de los botones de Flickr en este viaje?
Bechitos Tronados :*
La Abuela.
Orale Abuela!!
No me lo dijeron, porque soy medio chiva loca... llego a un lugar y ando caminando como orate.
ARGGGG No!! No tomé las fotos. me los llevé y todo, pero por alguna recanija razón nomás no me acordé de tomar la foto :( La próxima lo haré!!
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