Este fin de semana fue más bien tranquilo. El sábado no amanecí muy bien que digamos, y tenía un montón de ropa sin lavar, asi que me dediqué a eso en la mañana. Más tarde fui por Edgar, comimos una hamburguesa de camarón en "La Squina", rentamos "Un buen año" y nos tomamos unas micheladas preparadas en casa.
El domingo me levanté temprano, me fui al centro y tomé algunas fotos del Templo de San Francisco, Aranzazú, las nueve esquinas y Mexicaltzingo. Luego fui a Privanza a firmar el contrato de compra venta y a dar lo que restaba para ese proceso. Comimos unos medallones muy ricos y me eché una siestecita muy rica. Luego pasamos por un Frapuccino a Starbucks y listo. Aquí estoy de regreso. Voy a darle una limpiada al coche para que aguante la semana y a calificar unos exámenes.
El otro día me estaba acordando de Singapur, el maldito Andrew tiene la culpa, pues siempre que me lo encuentro en el messenger me hace recordar cómo me la pasaba por allá. Y la verdad es que si me da tentación regresar... pero no sé. Luego como que me llegan rachas de nostalgia. Eso pasa cuando uno se vuelve viejo, creo. Ayer mismo, estaban pasando en la tele un reportaje de diversas celebraciones "extraordinarias", y hablaron de la celebración del año nuevo en Bali. Por supuesto que recordé mi viaje a ese bellísimo lugar. La gente es tan pero tan amable... lo único medio molesto es la cantidad de gente que le quiere vender a uno algo, pero los entiendo. Recuerdo ese viaje. Fui con Rimond, y el pobre tuvo mucha paciencia conmigo, pues de pronto me ponia medio de mal humor. Volamos de Singapur a Denpasar. Esa tarde caminamos por el centro y cenamos en un restaurant muy rico. Al día siguiente contratamos un taxi que nos llevó a recorrer buena parte de la isla. Fue padre ir a los campos de arroz, a ver la puesta de sol en Tanah Lot, la vista de Mount Agung, los templos, Ubud y sus monos, y donde por cierto me puse un tatuaje de Henna. Hmmm, qué tiempos aquellos.
Veremos qué nos depara esta semana que inicia.
El domingo me levanté temprano, me fui al centro y tomé algunas fotos del Templo de San Francisco, Aranzazú, las nueve esquinas y Mexicaltzingo. Luego fui a Privanza a firmar el contrato de compra venta y a dar lo que restaba para ese proceso. Comimos unos medallones muy ricos y me eché una siestecita muy rica. Luego pasamos por un Frapuccino a Starbucks y listo. Aquí estoy de regreso. Voy a darle una limpiada al coche para que aguante la semana y a calificar unos exámenes.
El otro día me estaba acordando de Singapur, el maldito Andrew tiene la culpa, pues siempre que me lo encuentro en el messenger me hace recordar cómo me la pasaba por allá. Y la verdad es que si me da tentación regresar... pero no sé. Luego como que me llegan rachas de nostalgia. Eso pasa cuando uno se vuelve viejo, creo. Ayer mismo, estaban pasando en la tele un reportaje de diversas celebraciones "extraordinarias", y hablaron de la celebración del año nuevo en Bali. Por supuesto que recordé mi viaje a ese bellísimo lugar. La gente es tan pero tan amable... lo único medio molesto es la cantidad de gente que le quiere vender a uno algo, pero los entiendo. Recuerdo ese viaje. Fui con Rimond, y el pobre tuvo mucha paciencia conmigo, pues de pronto me ponia medio de mal humor. Volamos de Singapur a Denpasar. Esa tarde caminamos por el centro y cenamos en un restaurant muy rico. Al día siguiente contratamos un taxi que nos llevó a recorrer buena parte de la isla. Fue padre ir a los campos de arroz, a ver la puesta de sol en Tanah Lot, la vista de Mount Agung, los templos, Ubud y sus monos, y donde por cierto me puse un tatuaje de Henna. Hmmm, qué tiempos aquellos.
Veremos qué nos depara esta semana que inicia.
2 comentarios:
que bueno que ya firmaste el contrato (supongo que es el de la casa, verdad?) muchas felicidades y que te vaya muy padre cuando estrenes tu casa, te mando un fuerte abrazo y feliz inicio de semana.
Hola Toño.
Efectivamente, se trata del contrato para la casa. Gracias también por el abrazo y los buenos deseos, que a Viernes, puedo decirte fue una buena semana. Al menos sigo vivo y eso ya es ganancia, ¿no?
Je je. ¡Saludos para ti!
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