jueves, agosto 14, 2008

Acción-reacción

Estoy terminando de leer un libro que había comprado hace tiempo y que en virtud de haberme integrado al cuerpo editorial de una revista que verá a la luz pronto, me comprometí a escribir una revisión del mismo. El libro se llama "The Emotion Machine" y es escrito por una de las personalidades más conocidas en el ámbito de la computación: el profesor Marvin Minsky. Honestamente, nunca he congeniado al 100% con sus teorías, aunque por supuesto, hay una gran diferencia entre el conocimiento, la experiencia y mil cosas más entre Minsky y un servidor y no pretendo ni con mucho en ponerme al mismo nivel. El libro tiene sus detalles, pero en general creo que lleva a la reflexión de muchos conceptos que aquellos que hemos sido "entrenados" en ámbitos formales quizá descuidamos. Es poco común que un ingeniero se interese por una definición de emociones, conciencia, aprendizaje, pensamiento o sentido común. Todos esos son términos que Minsky escudriña magistralmente desde un nivel de abstracción alto. Pero bueno, no quiero terminar duplicando mi análisis, que de hecho me ha costado ya algo el tratar de concluirlo. En todo caso ya pondré luego aquí una liga a la revista, si es que queda en formato electrónico.

Aparte de eso, hay dos cosas más que quisiera comentar. La primera tiene que ver con lo bien que se puede uno sentir cuando ve que gente que estima logra sus objetivos. Esto lo menciono porque desde el viernes pasado el buen RayPG está exponiendo sus fotos en la Mata Tinta, un cafe-bar-galería en Tlaquepaque. En mi parecer el lugar tiene una atmósfera rica (aunque confieso que todo Tlaquepaque la tiene en mi apreciación) que hace que se disfrute mucho el momento y Ray hizo una buena selección de fotos que muestran diferentes aspectos de su creatividad. Ojalá muchos vayan, la vean y claro, compren sus cuadros. Yo por mi parte ya lo hice :D

La otra cosa que traía en el tintero tiene que ver con un gran revuelo que se ha formado desde hace unos días en relación con la inseguridad, la corrupción y la impunidad en México. Mis compañeros de la carrera han tenido un intercambio de correos muy prolífico en el tema y hasta aspectos religiosos han salido a relucir. Hay temas sobre los cuales yo difícilmente manifiesto mi opinión, aunque ello no quiere decir que no la tenga. Recuerdo cuando poco después de las últimas elecciones presidenciales puse una nota breve sobre la toma de posesión de Calderón y cómo después un lector que no regresó luego de una discusión breve se molestó porque yo no compartía su punto de vista. En su concepción del mundo si yo había estudiado un doctorado debía estar de acuerdo en que había habido un fraude y que por tanto el peje era el presidente legítimo. Como no era así se decepcionó y no volvió. El asunto me impactó tanto que no duermo y hasta el apetito he perdido, aunque mi masa corporal diga no contrario... Pero en fin, en aquella ocasión dediqué tiempo a contestar sus argumentaciones a pesar de que yo sabía no iba a llegar a nada productivo. En general mi postura creo que pudiera calificarse de pragmática: no le invierto tiempo si no veo que ello vaya a redituar en algo. Y temas de política, religión y cualquiera otro que se presta a fundamentalismos (como el deporte) rara vez entran en mi agenda. Creo que debo recuperar aquella inquietud que manifesté hace tiempo por realizar algo que tenga un impacto para alguien, y sobre lo cual por cierto dos personas me hicieron comentarios... como que es momento de pasar de la reflexión a la acción... y luego a la reacción.

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